El Bondinho de Santa Teresa.

Arcos de Lapa . Rio de Janeiro

Icono de Brasil

Conocido familiarmente por los cariocas y visitantes como el Bondinho de Santa Teresa, lo que en español sería un forma cariñosa de referirse al tranvía (bonde), son una atracción de la ciudad, formando parte del escenario local que se han convertido, incluso, en uno de sus íconos. Los famosos tranvías de Santa Teresa, que conectan el centro de Río de Janeiro al barrio de Santa Teresa, no son solamente un medio de transporte real para los habitantes del barrio o para turistas que quieren visitar el lugar. La tradición de los bondes en Río se inició en el siglo XIX, para ser exactos el 30 de enero de 1859 cuando el primer carro, en ese momento de tracción animal, llegó a las calles de forma experimental por iniciativa del médico escocés Thomas Cochrae. Poco después, el 26 de marzo, el emperador Don Pedro II presidió la ceremonia oficial de inauguración del servicio regular del primer bonde de Río de Janeiro, cuya ruta cubría el área de la Cidade Nova. Los carros de esos primeros bondes, que eran tirados por burros, tenían capacidad para 16 personas. Rápidamente se convirtió en el mejor medio de transporte de la época y en un sinónimo de modernidad, trazando así una ruta única ya que circulaba por encima delos Arcos de Lapa (siguiendo el que un día fue el camino del agua del acueducto) y ofreciendo a sus pasajeros una vista inigualable de la ciudad. En el año 2011 ocurrieron dos graves accidente que dejaron un saldo de víctimas mortales por lo que el bondinho salió de circulación para evitar tragedias mayores. El 10 de septiembre del 2015 reabrió la ruta tras un extenso trabajo de reparación de sus vías y diseño mejorado de sus coches. Más allá de la estética no sólo se pretendía mantener la tradición sino consagrarlas, por ser patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Por suerte para los cariocas y para los millones de personas que visitan Río de Janeiro, esos familiares coches de madera de color amarillo han vuelto a circular por lo alto de los Arcos de Lapa, conquistando las pronunciadas pendientes del morro de Santa Teresa y regalando a sus pasajeros las espectaculares vistas de esta Ciudad Maravillosa.

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