El mayor reclamo de Madagascar son sin duda sus lugares naturales.
Una visita a este remoto lugar dependerán mucho de la época en la que se viaja y el tiempo del que se dispone. Es fascinante recorrer el país, sobre todo en determinadas regiones como la costa oeste camino a Morondava, y el sur del país. Y a pesar de que el mal tiempo me jugo una mala pasada, logre adentrarme en esa geografía y disfrutar los paisajes espectaculares de la isla.
Madagascar es sin duda alguna, uno de los destinos más fascinantes que he conocido. Esta isla perteneciente a África, y que es en realidad una mezcla entre África y Asia con toques de medio oriente, alberga especies de flora y fauna únicas en el mundo, y una población que recibe siempre con una sonrisa. Un viaje que no dejan a nadie indiferente. Léase un viaje espectacular y al mismo tiempo difícil.
Madagascar es una isla, de hecho, es una isla enorme: la cuarta más grande del mundo. Está ubicada en el océano indico, frente a la costa sureste del continente africano. El canal que queda en medio se llama “Canal de Mozambique” ya que justamente está frente a este país africano, a aproximadamente 1000 k
Es un país que si bien es africano, está entre África y Asia, y fue colonia Francesa hasta 1960. A lo largo de la historia recibió “visita” de piratas que buscaban un lugar apartado, así como de barcos comerciantes exploradores de muchos lugares, entre ellos árabes, franceses, malayos, indonesios, chinos, africanos y hasta portugueses. Esto hace que tenga una población de lo más diversa, con 18 tribus tradicionales con orígenes de ambos continentes.
Además, esta mezcla se traduce en muchos otros aspectos, como una mezcla de religiones, costumbres, vestimentas, tradiciones, gastronomía, entre otros. Esta mezcla se traduce en una diversidad de rasgos físicos en sus tribus: por ejemplo, los Sakalava (costa oeste, Morondava) tienen rasgos más bien africanos, mientras la tribu de los Betsileo (tierras altas centrales) tienen rasgos más bien malayos, al igual que sucede en la costa este.
En esta isla nada es común. Madagascar posee entre un 80 y 90% de flora y fauna endémicas, lo que significa que son especies que solo pueden verse en este lugar del mundo. Esto se debe principalmente a que la isla lleva millones de años aislada del resto del mundo, ya que según dicen los que saben, se separó primero del continente africano hace 165 millones de años, y luego, de India hace casi 90 millones. Esto llevó a que su ecosistema evolucionara aisladamente y de forma única (algo similar sucede por ejemplo con Australia).
Los más famosos son los Lémures, pero no los únicos. Hay un sinfín de especies de animales únicos, como camaleones, geckos, aves, tortugas, murciélagos, iguanas, serpientes e insectos de lo más extraños.
En cuanto a la flora, hay también especies únicas, entre ellas una enorme variedad de Baobabs, el árbol más emblemático de la isla. De hecho, se pueden ver 7 de las 8 especies que existen en el mundo, y 6 solo se pueden ver en esta isla. Los baobabs además son milenarios, y según las creencias albergan en su interior espíritus, teniendo un valor muy especial y sagrado para los malgaches.
Avenida de los Baobabs.
La carretera de tierra de la costa oeste de Madagascar que une Morondava y Belo Tsiribihina está enmarcada por docenas de árboles baobab raros y antiguos, creando un entorno tan bello y único que podría convertirse en el primer monumento natural oficial del país .
Venerado como el «Árbol de la vida«, los baobabs simbolizan la longevidad, la sabiduría y la resistencia en muchas culturas africanas. Ocupan un lugar destacado en el folclore, los mitos y las creencias espirituales, y encarnan una profunda conexión entre los humanos y la naturaleza.
Hay entre 20 y 25 árboles a lo largo de la Avenida de los Baobabs. Se cree que tienen alrededor de 800 a 1000 años.
Todas estas especies, tanto animales como vegetales, están hoy en peligro como producto de la desforestación masiva, sobre todo para el cultivo. Se está intentando revertir la situación mediante la creación de reservas y parques naturales.
Más de un 70% de la población viviendo por debajo del límite de la pobreza, es una realidad imposible de ignorar.
La mayoría de la población depende de la agricultura como medio de sustento, y ha sufrido además numerosos episodios de inestabilidad política, epidemias y enfermedades. Todo esto sumado a problemas sanitarios, desnutrición, falta de educación, y una inmensa brecha entre los ricos y los pobres, hace que la calidad de vida de la mayor parte de la población sea muy mala, con una baja esperanza de vida.
Las ciudades más conocidas son Antananarivo ( la capital ), comúnmente conocida como Tana, Antsirabe, Ambositra, Ambavalao, Fianarantsoa, Ranohira, Toliara y Morondava, entre otras.
Antananarivo.
Las ciudades en si mismas no tienen mayores puntos de interés, pero son interesantes para conocer el estilo de vida local, visitar mercados, además de que suelen ser la base para conocer los lugares naturales del país.
Playas:
Uno de los reclamos de la isla son sus playas, estando entre las mas conocidas Nosy Be y Nosy Iranja al norte, Anakao al sur oeste, y St. Marie al este. Si buscan lujo, desde 2017 está el Time + Tide Miavana, un hotel de lujo con 14 villas frente al mar que busca abrir aún más un mercado de turismo exclusivo en la isla.
Parques, reservas y lugares naturales:
El más famoso y visitado es el PN Isalo, al sur del país (aprox. a 700 km de Tana), donde además de poder ver los famosos Lémures y otras especies de animales, se puede disfrutar de unos paisajes espectaculares llenos de formaciones rocosas, montañas, cascadas, lagos, y más.
Otros parques conocidos y muy recomendados son la reserva de Anja, famosa por su enorme cantidad de Lémures de cola anillada, Ranomafana, Analamazotra, y Matadia (único lugar donde ver el lémur más grande de Madagascar, el Indrí).
Por último, merece especial mención los Tsingys, que son formaciones de roca caliza o arena que se hacen como producto de las lluvias, formando pináculos y chimeneas naturales de lo más espectaculares. Se los conocen como bosques de piedra, y hay varios en el país, siendo el más conocido el Tsingy de Bemaraha, al oeste de la isla.
Más allá de todos estos lugares, una de las mayores riquezas del país es conocer su cultura y su gente, por lo cual el hecho de recorrer el país por tierra e ir parando en distintos poblados en el camino, es una de las actividades más recomendadas para conocer esta fascinante isla.
Los paisajes de Madagascar son dignos de admirar y ofrecen un impresionante tapiz de diversidad . Desde la sobrenatural Avenida de los Baobabs, donde majestuosos árboles centenarios bordean el camino de tierra, hasta las prístinas playas de arena blanca que se extienden a lo largo de su costa, no faltan maravillas naturales para explorar. En mi plano personal valió mucho la pena visitar la isla, amen de las inclemencias del tiempo.