La imagen de uno de los hombres mas célebres de la humanidad se erige sobre el promontorio que resguarda la Bahía de La Habana .
Con aire vigilante , un Cristo con rasgos mestizos, contempla la capital cubana .
Se presume que esta escultura con 20 metros de altura , es la mayor obra tallada en mármol blanco de carrara por una mujer . Su artifice , la escultora pinareña Jilma Madera. estudio en la Academia de San Alejandro y fue alumna de Juan Jose de Sicre ( escultor del Jose Marti de la Plaza de la Revolucion ).
Pasó dos años en las canteras Carrara , para tallar las 67 piezas de esa obra bendecida por el Papa Pio XII antes de salir de Italia y al llegar a Cuba nuevamente bendecida por el Cardenal Arteaga y el Arzobispo de La Habana Jaime Ortega .
Esta escultura monumental pesa 320 toneladas y muestra características peculiares. La creadora no empleó ningún modelo sino que se inspiró en su ideal de belleza masculina.
El delineamiento de labios pulposos y ojos oblicuos son algunos de los rasgos distintivos de esta region caribeña escogidos por la escultora .
Sus ojos se encuentran vacíos para transmitir la impresión de mirar a todos desde cualquier lugar .
Otro detalle de esta escultura y que imprime un sello muy personal , son las sandalias realizadas a semejanza de las que usaba Jilma Madera. Emplazado a 50 metros sobre el nivel del mar , en la cima de la Loma de la Cabaña desde la Noche Buena de 1958 , los habaneros pueden divisarlo desde diferentes puntos de la urbe.
Desde éste , el enclave del Cristo de Casablanca, encontraras las vistas mas hermosas de la ciudad y unas espectaculares puestas de sol que no podrás olvidar jamas.