Cuba – Catedral de La Habana

Catedral de La Habana . Una joya de la arquitectura cubana.

En pleno Casco Histórico de la Ciudad de La Habana, se encuentra uno de los sitios de mayor valor simbólico y arquitectónico de esta urbe; Vio nacer su construcción a petición de los jesuitas en 1748.

En 1767 ya se había terminado el colegio, pero no la iglesia que finalmente concluyó en 1777.

Entre los años 1946 y 1949, la Catedral fue objeto de remodelación.

Su fachada es, sin duda alguna uno de los ejemplos más preciados del barroco neoclásico esculpido en piedra. En su diseño, se tuvo en cuenta los recorridos de la luz solar.

De ahí sus apreciables contrastes de luz y sombra. Lis mismos están favorecidos por el clima tropical y por su ubicación que la presidien y crean un efecto de plaza cerrada sin realmente serlo.

Sobre la Catedral se ha hablado mucho. Sea cual fuere el criterio sobre ella, todos coinciden en algo. Su imponente fachada y el apacible ambiente que se percibe en toda la plaza, amén del bullicio popular que cada día le visita.

Palacio del Conde de Lombillo.

Los edificios que le rodean le regalan a la plaza un soplo de reminiscencia colonial, que la regresa en el tiempo con todo su esplendor.

Allí viven en comunión el Palacio de los Marqueses de Aguas Claras, Palacio del Marqués de Arcos, Palacio de los Condes de Casa Bayona, actualmente Museo de Arte y el Palacio del Conde de Lombillo

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La Plaza de la Catedral de La Habana se enorgullece de contar con la presencia de una esbelta figura. Antonio Gades, bailarín español que amó a Cuba como su propia patria.

Su estatua fue ejecutada por el artista plástico santiaguero, Jose Villa Soberón a solicitud de Eusebio Leal.

En la misma se observa a Gades de pie, apoyado una de las columnas del Palacio de Lombillo.

Su estilo altivo nos sorprende, mientras apoya un brazo en la cadera y mira la Plaza de La Catedral.

Gades, murió de cáncer el 20 de julio de 2004 a los 67 años. Su última voluntad fue que sus cenizas fueran trasladadas a Cuba.

Sus restos fueron sepultadas en el mausoleo a los combatientes del II Frente Oriental ¨Frank País¨ en Santiago de Cuba. Raúl Castro, amigo personal del bailarín, lo acompaño hasta su última morada

La Catedral de la Habana atesora valiosas obras de arte . Entre ellas se encuentran los óleos pintados por el artista francés Jean Baptiste Vermay. Lo acompañan los frescos de Giuseppe Perovani y el lienzo de la Virgen de la Purísima Concepción..

Resalta el lienzo de la Virgen de Loreto, la cual fue bendecida por el obispo Morell de Santa Cruz. Esto ocurrió en 1755

No cabe dudas que, es un lugar imprescindible mientras se visita la ciudad. En ella hay un pedazo importante del paso del tiempo y sobre todo, de la identidad de los cubanos.

En 1982, la Catedral de La Habana fue declarada, por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad

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