Italia esconde al sur, en el tacón de la bota, una región de espíritu rural que nada tiene que ver con sus grandes y emblemáticas ciudades..
Hablo de Alberobello, en la región de Apuglia, justo en el Valle de Istria.
Alberobello en italiano es la conjunción de dos palabras “albero” árbol “bello” bello relacionado con la frondosa vegetación de la zona con tierra cultivable; pero en realidad el nombre actual deriva del latín medieval de la región “silva arbolris belli”
Todo el Valle de Itria se caracteriza por la presencia de unas pintorescas construcciones que tienen sus raíces en la época prehistórica, pero es en Alberobello donde se encuentra su mayor concentración.
Un trullo, plural trulli, es un tipo de vivienda tradicional de piedra con techo en forma de cono . Son exclusivos de la región italiana de Puglia, en particular del valle de Itria, donde, enclavada entre la exuberante vegetación, los olivos y los viñedos, se encuentra la ciudad de Alberobello
Los trulli son viviendas de piedra caliza de la región meridional de Puglia, ejemplos notables de construcciones sin mortero, ejecutadas todavía hoy en día con una técnica heredada de los tiempos prehistóricos.
Con más de 1 500 trulli inscritos, en 1996 en el World Heritage List de la Unesco, Alberobello es considerada la capital de los Trulli. Te encantará su fascinante arquitectura en piedra seca con tejados cónicos o piramidales.
La ciudad fue fundada a finales del siglo XIV por los Condes de Conversano,( unos terratenientes que confiaron la gestión del territorio a unos campesinos). La ley del Reino de Nápoles exigía el pago de un impuesto por cada nueva villa construida y, según algunos estudios, los trulli son el resultado de una estrategia ideada para evitar el pago de dichos impuestos.
Su apariencia tenía que ser deliberadamente precaria para dar la idea de edificios que podrían ser fácilmente demolidos en caso de inspección. Tras un primer asentamiento inicial de unos 40 trulli, se produjo una gran expansión en 1620. Sin embargo, no fue hasta 1797 cuando Alberobello se liberó de todas las obligaciones fiscales y de la servidumbre feudal de los Condes por decisión de Fernando IV de Borbón, rey de Nápoles. Pero la tradición de los trulli continúa vigente..
En los tejados de los trulli se pueden observar una serie de extraños símbolos que los antiguos residentes asociaban al hecho de atraer la buena suerte para la familia o la cosecha. Posteriormente, estos llegaron a utilizarse como el número de la casa. Los expertos coinciden en afirmar que el origen de la forma cónica de sus tejados podría estar en la influencia oriental que llegó a esta parte de Italia a lo largo de los siglos. Sea como fuere, lo cierto es que se han convertido en un gran atractivo turístico tras su restauración y nuevos usos.
Paseando por sus callejones empedrados se pueden ir viendo los trulli en detalle, porque están pegados unos a otros, pero para tener la mejor vista del conjunto hay que tomar distancia. Algunos se pueden visitar por dentro, como el Trullo Sovrano, que alberga un museo de artes y costumbres y es el único de dos plantas.
El Museo del Territorio-Casa Pezzolla se extiende por un complejo de 15 conos interconectados donde conocer la evolución de la cultura arquitectónica de Alberobello. Los fines de semana tienen lugar en él representaciones en vivo y talleres sobre encaje, música y danzas populares.
Alrededor de un millar de trulli se agrupan en el distrito de Rione Monti, el barrio más grande de Alberobello, en el que se descubre el trullo Siamés, dos conos fusionados con dos entradas en dos calles diferentes que tienen detrás una leyenda de amor y odio entre dos hermanos. En el más pequeño del centro histórico, el de Rione Aia Piccola, los 400 que reúne tienen uso residencial, aunque algunos tienen abiertas sus puertas a los curiosos que pueden entrar a ver el interior a cambio de la voluntad.
La mayoría de los trulli pueden visitarse por dentro, pero solo el Museo del Territorio te permitirá conocer la evolución de la cultura arquitectónica de Alberobello. La parte sobre dos plantas con fachada alta y estrecha, coronada por un frontón triangular representa las construcciones más recientes. Desde allí, se puede pasar a la parte más antigua, formada por pequeñas y sencillas construcciones, todas en un complejo de 15 trulli interconectados.
El centro histórico de Alberobello es tan pequeño que hace que sea fácil de recorrer. La totalidad de lugares de interés están a poca distancia entre sí y se pueden recorrer a pie, entre callejones pintorescos y vistas para fotografiar.
Son imperdibles algunos trulos que a través del tiempo se han convertido en iconos de la ciudad. Entre ellos el Trullo Soberano situado en la parte norte de la ciudad: es el único trullo de dos plantas en la ciudad y está amueblado con piezas originales de principios del siglo XX.
La Casa Pezzolla, un complejo de 15 conos interconectados alberga el Museo del Territorio. La entrada es gratuita.
La Casa D’Amore, una casa histórica que data de 1797 y que es el primer edificio construido después de que Alberobello fuera liberado de todas sus obligaciones fiscales por el rey de Nápoles. Por la popular scalinata dell’Amore, en cuyos escalones se puede leer la letra de la canción de amor I Trulli di Alberobello, cantada en el festival de San Remo en 1958, se accede al mejor mirador del barrio de Rione Monte y de la localidad:
El Belvedere Santa Lucía es el sitio más impresionante de la ciudad. Si lo que quieres son fotos de ensueño, lo ideal es visitarlo al atardecer.
Es imperdible quedarse hasta el atardecer para ver todos los trulli de un vistazo. Lo más espectacular de cualquier visita a Alberobello.
Visita el Trulli Siamés, icónico por ser dos conos fusionados en el centro que, según la leyenda, simbolizan la historia de amor y odio que envolvió a dos hermanos.
Hay trullis convertidos en museos, bares, restaurantes, bodegas, barberías, librerías, funeraria, tiendas de recuerdos y talleres de artesanía local, como los que se suceden a lo largo de via Monte San Michele, que sube a la colina en la que se encuentra la curiosa iglesia de San Antonio da Padova, que, por supuesto, es la única iglesia-trullo del mundo. Tratándose de Italia, un país con una importante tradición religiosa, no sorprende que Alberobello se destaque también por sus iglesias. Una de ellas es la de San Antonio, que cuenta con los famosos techos cónicos. Otra es la Basílica de los Santos Médicos Cosme y Damián, que sobresale en el pueblo por su arquitectura neoclásica.
Alberobello es el único núcleo habitado en el que existe todo un barrio de trulli, por lo que se considera la capital cultural de los trulli de la Murgia.
Los inconfundibles trulli, unos edificios de piedra construidos sin cemento ni mortero durante el siglo pasado, son el principal motivo por el que Alberobello ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y por el que miles de turistas visitan la ciudad cada año.