La Escalera Selarón

La Escalera Selarón , conocida tambien como la Escalera de Santa Teresa es uno de los puntos turísticos más importantes y visitados de Río de Janeiro. Localizada en el famoso barrio bohemio de Lapa, un lugar que todo el mundo debe visitar en la Ciudad Maravillosa. Su creador, el excéntrico artista plástico chileno Jorge Selarón, se instaló en Río de Janeiro en 1983 y unos años más tarde quiso rendir homenaje a la ciudad que lo había acogido tan afectuosamente, revistiendo de azulejos la escalera que sube desde Lapa hasta el Convento de Santa Teresa.

Cuando Selarón se mudó para su casa, percibió que la escalera estaba en pésimas condiciones. Nadie cuidaba de ella; era una escalera como otras tantas, polvorienta y desolada que no inspiraba ni el deseo de subirla y mira que es la via que conecta dos puntos importantes de la ciudad de Rio. Pero era solo eso, una escalera más.

Había aterrizado en Rio de Janeiro en 1983 , tras haber visitado más de 50 paises y fue tanto el impacto que causo en esta ciudad que decidió quedarse . .En 1990 comenzó a renovar algunos escalones de su casa. y decidió ponerles algunos azulejos al frente … luego decidió arreglar la escalera del vecino y asi sucesivamente.  El lugar que eligió para vivir quedaba en lo alto de la escalera… y la idea le fue llevando a los hechos. Al principio colocó azulejos azules, amarillos y verdes (colores de la bandera brasileña), como un tributo para los brasileños y tambien para el equipo de fútbol de Brasil que fuera nómina de la Copa Mundial de la FIFA, en 1994.

El proyecto comenzó como una afición, pero poco a poco el proyecto se transformó en una adicción para Selarón. , pero cuando su proyecto estaba casi concluido encontró una tienda con azulejos antiguos, así que su obra tomó un nuevo impulso y se convirtió en una “obra viva y mutante”, como la llamaba el mismo Selarón, ya que cambiaba permanentemente los azulejos, creando siempre algo nuevo. Poco a poco los vecinos se fueron involucrando y le colaboraban .En otro orden , los turistas se iban de Rio con la promesa de enviarle mosaicos de sus paises … Cuentan que Selarón era un hombre de hábitos fijos, cada mañana, sobre las ocho, salía con su uniforme rojo (los picos de su bigote en posición ascendente, las patillas pobladas, y la nariz aguileña) para tomarse un café con leche en un boteco próximo a Lapa. Allí conversaba con los vecinos que, desde temprano bebían cachaca o vaciaban cervezas de 600 centilitros. Mientras él estaba fuera, uno de sus colaboradores atendía su atelier y recibía a los turistas orgulloso de trabajar para el maestro. Después volvía a la escalera y dedicaba algún tiempo a mantener su obra maestra: cambiaba un azulejo defectuoso, ampliaba alguno de los mosaicos, o cubría la fachada de algún vecino deseoso de que su edificio formase parte de tan famosa obra. Nunca se le vio presumir de dinero, tenía el mismo aspecto desaliñado y soñador de siempre, aunque las personas más cercanas sabían que la escalera era un negocio bien rentable.

Rápidamente la construcción de una de las escaleras más populares y significativas de Río de Janeiro se hicieron noticia en varias partes del mundo ya que el autor se veía en la necesidad de utilizar una gran cantidad de azulejos, siendo este el principal material de la obra.   de modo que, con el tiempo , el artista recibió azulejos de más de 60 paises y la escalera cobraba en su andar, un aspecto inconmensurable de 125 metros, 215 peldaños y más de 2000 piezas de cerámica de distintos colores, tamaños y formas. Algunas de ellas contienen dibujos en su interior. La fama de la escalera de Selarón es tal, que se la reconoce como símbolo de la ciudad y ha aparecido en artículos periodísticos, en revistas como National Geographic, en programas de televisión de varios países, anuncios publicitarios y video clips de música de bandas tan conocidas como U2.

El pintor fue encontrado muerto en la Escalera del Convento de Santa Teresa en la mañana del día 10 de enero de 2013. El cuerpo quemado del artista estaba junto a una lata de diluyente. Un poco antes, se sintieron gritos de socorro y cachorros ladrando. En noviembre del año anterior, Selarón había denunciado a la policía que venía siendo amenazado de muerte por un ex colaborador de su obra, Paulo Sergio Rabello, que quería obligarlo a ceder las ganancias obtenidas con la venta de cuadros. Por cuenta de eso, los últimos meses, él andaba muy triste y vivía encerrado en su casa.

En su testimonio grabado para un documental realizado en 2010 por el cineasta Stephano Loyo, el artista había declarado que la escalera sólo quedaría lista el día de su muerte, cuando él hizo su propia escalera y, de ese modo, se eternizaría.

Y se ha cumplido su profecía, pues hoy por hoy su obra es un referente de corte mundial y orgullo de todo Brasil.

Ubicación : Rua Joaquim Silva con Rua Teotonio Regadas – Centro – Rio de Janeiro

Transporte : Metro :  líneas 1 y 2.  Bajarse en la estación Cinelandia.

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